Con la llegada del invierno los resfriados son más frecuentes y es que las bajas temperaturas provocan una serie de resfriados que hay que combatir de inmediato. Después de un cálido verano el invierno comienza a atacar con temperaturas muy bajas durante el día y especialmente durante la noche, haciendo que nos resfriemos fácilmente.
Con la llegada del frío aparecen los primeros síntomas de resfriado
Viento, lluvia e incluso hielo y nieve son los primeros síntomas de un invierno que indica que será bastante duro en muchas lugares.
Todos los años y con el final del verano las enfermedades reaparecen y van siendo peor y más fuertes con la llegada del invierno. De acuerdo con los resultados de una investigación realizada en los EE. UU., el aumento en el número de veces que recurrimos a los pañuelos de papel depende de una reacción fisiológica al frío que nos hace limpiarnos la nariz.
Quienes se ven afectados por alergias y rinitis experimentan con mayor intensidad este fenómeno que afecta a un segmento de la población mundial que va del 50 al 90%.
A medida que las temperaturas descienden, el aire se vuelve más frío y seco. Las membranas mucosas de la nariz intentan calentarla y humedecerla para no irritar los pulmones. En la parte posterior de la nariz, normalmente existe una temperatura que oscila entre 26 y 30 grados, siendo la humedad muy alta.
El mecanismo de defensa
El aire frío estimula los nervios dentro de la nariz, que envían un mensaje al cerebro.
La respuesta es el aumento en el suministro de sangre que ayuda a calentar el aire entrante. Además, se activa un mecanismo que conduce a un aumento de las secreciones nasales, como la eliminación de los mocos.
La última reacción desencadenada por el aire helado también involucra al sistema inmunológico y sus células presentes en las cavidades nasales, más sensibles en sujetos asmáticos y alérgicos.
En estas condiciones se pueden perder de 300 a 400 ml de líquidos todos los días, solo para garantizar la humedad y la temperatura adecuadas en el aire que introducimos en los pulmones. Cuando el sistema está sobre estimulado, la nariz comienza a gotear debido a la producción excesiva de moco.
Para defendernos de los resfriados y gripes debemos sobre todo ir al médico, donde estos nos recetarán toda clase de medicamentos.
¿Dónde dejamos los medicamentos durante el invierno?
Para que un medicamento pueda mantener las propiedades como el primer día de uso, es necesario cumplir con varias indicaciones tanto en la cadena de distribución como una vez que este llegue a nuestra casa. Eso sí, hay que hacer siempre caso a las indicaciones que aparecen en el prospecto.
Al estar ante una ola de frío o de calor hay que estar al tanto, ya que estos ante los bruscos cambios de humedad y temperatura pueden alterar sus condiciones. Por eso hay hay diferentes kits de empercencia y de primeros auxilios que te ayudarán tanto a guardar tus medicamentos, como para todo tipo de problemas que te puedan llegar a surgir.
Consejos para antes de usarlos
Para combatir el frío que vienen de la mano con el invierno, es importante conservar los medicamentos en un lugar seco, fresco y fuera del alcance de los niños. Hay que tratar de no exponer el medicamento al frío directo.
Evitar dejarlos en baños o cocinas porque con los cambios de clima pueden tener humedad debido a la temperatura y así el medicamento podría dañarse.
Un beneficio de tener los medicamentos durante el invierno es que no necesitarás guardarlos en el congelador o frigorífico, ya que las altas temperaturas los podrán conservar, siempre y cuando no se exponga el producto al frío extremo.
No se debe cambiar el medicamento de envase, debe conservarse en su envase original hasta el último momento de su uso.
Hay que comprobar que el medicamento no esté caducado a la hora de usarlo, y corroborar su aspecto, color y sabor para asegurarnos de que todo está bien.
Esta temporada alta llena de resfriados es casi imposible evitarla. El malestar general, la tos, la congestión nasal y hasta el dolor en huesos se hace presente.
Para combatir este tipo de malestar hay que tener mucho cuidado a la hora de auto medicarse. Lo más acertado es acudir a un médico que receta lo mejor para combatir el virus.
Los virus son más propensos a quedarse en el ambiente a causa de las bajas temperaturas que puedan acechar durante el invierno.
Mucha hidratación y tomar baños calientes alivian mucho, siendo lo más esencial es tener una preinscripción médica y al momento de comprar los medicamentos tenerlos en un sitio seguro para que estos no se dañen ni se contaminen.
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